Hay videojuegos que consiguen abrirse un hueco como auténticas leyendas en el sector del ocio interactivo, permaneciendo en la memoria de millones de jugadores por mucho que pasen los años. Final Fantasy VII es uno de sus títulos con su lugar reservado en los salones más ilustres de la industria, como uno de esos títulos que fueron capaces de marcar un antes y un después desde su lanzamiento al mercado.

Con su estreno en la primera PlayStation, Final Fantasy VII supuso el salto de la saga de Square Enix -por aquel entonces Squaresoft- a las tres dimensiones, abandonando las consolas de Nintendo para unirse a las filas de su principal competidor con una tecnología más atractiva. Desde entonces, todo cambió; a través de una historia atractiva y una jugabilidad fantástica, el juego consiguió encumbrarse como uno de los RPGs más impresionantes de toda la historia, algo que se mantiene 27 años después de su estreno.

La reinvención de un clásico

En una nueva época de los videojuegos, donde rescatar propuestas del pasado para adaptarlas a los tiempos que corren se ha convertido en una de las prácticas más comunes, Square Enix no quiso perder la oportunidad de realizar dicho progreso con el juego más exitoso de su historia. Final Fantasy VII Remake aterrizaba en PS4 en 2020 para ofrecer un nuevo giro a la historia de Cloud, Aerith, Tifa y compañía con cambios argumentales y un formato de trilogía que se extenderá durante una década.

Una apuesta arriesgada por todos los cambios que supone adaptar una de las grandes leyendas de los videojuegos a un formato actual y, especialmente, modificar su guion para ofrecer algo diferente y que sorprenda a los jugadores. A pesar de los esfuerzos de Square Enix por asegurar que esta reinvención no pretende sustituir al juego original, sino crear una nueva historia dentro de su universo, la recepción de Final Fantasy VII Remake fue muy positiva.

El reto es aún mayor con la llegada de Final Fantasy VII Rebirth, la segunda parte de la trilogía, que ahonda más en la propuesta argumental para introducir más cambios respecto al modelo del juego original y profundizar en cada uno de los personajes que componen el grupo principal, así como los villanos a los que tienen que enfrentarse. Además, lo hace con la introducción de un mundo abierto en el que recorrer algunos de los escenarios más icónicos de su universo y añadiendo nuevas localizaciones para seguir engrosando un mundo épico y cargado de fantasía.

Un mundo abierto en el que invertir 100 horas

La gran novedad de Final Fantasy VII Rebirth es su amplitud respecto a su antecesor, que se limitaba a los sucesos acontecidos en Midgar. Ahora, el mundo abierto se descubre ante los héroes para ofrecer una aventura más profunda y destinada a alcanzar las 100 horas de jugabilidad, a través de una historia que conforma alrededor del 40% del contenido total, completándose con multitud de tareas secundarias y otros aspectos por explorar.

Square Enix quiere que esta trilogía sea el producto más completo posible para todos los seguidores de Final Fantasy VII, por lo que Rebirth también añade ciudades que no estaban presentes en el videojuego original para aportar más frescura y profundidad a su base argumental. Una propuesta que arriesga dando un paso más allá, algo que también se desarrolla en el terreno de su historia antes de dar el salto definitivo hacia el capítulo final que cerrará esta reinvención del título más legendario de la historia.

El cambio de destino de Final Fantasy VII es uno de los proyectos más ambiciosos de toda la historia de la compañía japonesa. Los creadores de la propuesta de 1997 están presentes en esta nuevo enfoque, aportando sus conocimientos y permitiendo conjugar todos los elementos que han hecho triunfar a este capítulo de la saga a lo largo de casi tres décadas, con numerosos juegos secundarios e incluso el estreno de su propia película, Advent Children, que también enlazará con lo acontecimientos de esta nueva dimensión que se está generando en torno a la séptima entrega.

Final Fantasy VII Rebirth es el interludio de un tremendo homenaje que se está realizando desde Square Enix al videojuego que cambió su historia para siempre, haciendo reflotar a la compañía en un momento delicado. En esta entrega se permite a los jugadores conocer a nuevos personajes jugables, introducir mecánicas de combate que amplíen lo visto en su antecesor y seguir sorprendiendo con ese viaje hacia lo desconocido que se emprende 27 años después de que se iniciara.

Un trabajo que puede suponer un antes y un después para el sector del videojuego, tal y como supuso la llegada de su propuesta original, y que puede invitar a Square Enix a continuar esta línea con otros grandes éxitos de la saga como Final Fantasy IX o Final Fantasy X, que también podría adoptar el formato de remake para acercarse a los tiempos que corren y seguir ampliando su universo del mismo modo.