Dragon Quest es una de las sagas más representativas de toda la historia del género JRPG. Capaz de competir contra FInal Fantasy, la franquicia creada por Enix no ha parado de evolucionar con el paso de los años para ofrecer experiencias cada vez más completas sin abandonar su esencia. El futuro lo marcará lo que sea capaz de hacer Square Enix con Dragon Quest XII: The Flames of Fate, que sigue sin una fecha de lanzamiento marcada en el calendario. No obstante, eso no significa que desde la firma japonesa se olviden de proporcionar nuevas aventuras a los amantes de la franquicia.

Uno de los proyectos más ilusionantes es el que llegará en febrero con el lanzamiento del precioso Dragon Quest VII Reimagined, pero antes de esta misión, el equipo de Square Enix debía completar la trilogía que lo vio nacer todo. Tras el desarrollo de Dragon Quest III HD-2D Remake el curso pasado, ahora llega el turno de revisitar Dragon Quest I-II HD-2D Remake para completar el legado de Erdrick, el héroe legendario que devolvió al mundo la luz. Ahora, sus descendientes son los encargados de coger el testigo para acabar con las amenazas que emergen de las sombras.

Este recopilatorio de las dos primeras entregas, que realmente se desarrollan tras los hechos de Dragon Quest III HD-2D Remake, tienen una clara diferenciación a nivel jugable. La primera entrega cuenta con un único protagonista, lo que limita mucho las opciones de personalización, mientras que la segunda se compone por un grupo de lo más variopinto que le da sentido a la línea argumental para conformar una de las historias más interesantes de la saga. Una dualidad perfecta para todos aquellos que quieran profundizar en el universo Dragon Quest.

Dos juegos con casi cuatro décadas que lucen un aspecto maravilloso

Una de las grandes virtudes de Dragon Quest I-II HD-2D Remake es el aspecto renovado que ofrece a unas entregas que se lanzaron de manera original hace casi 40 años. De este modo, Square Enix vuelve a recurrir a ese estilo artístico tan identificativo de este tipo de títulos: el HD-2D, que transforma el pixel art en un entorno más visual y con aspecto de terrario que le sienta como anillo al dedo para darles una nueva dimensión a dos entregas que, si bien son realmente icónicas, no han envejecido del todo bien en lo que a accesibilidad para los jugadores se refiere.

En este sentido, la compañía japonesa no solo le ha dado un lavado de cara a las dos primeras entregas de Dragon Quest, sino que también** acelera algunos procesos** mediante un modo rápido en los combates o la posibilidad de guardar algunas conversaciones para saber por dónde avanzar, en caso de que se quiera experimentar la sensación más pura de los títulos originales. Por supuesto, como aliciente para todos aquellos que jugaran en su momento a los juegos de la década de los ochenta, también se incluyen algunos añadidos en la historia para darle algo más de empaque y enlazar del mejor modo posible la trilogía de Erdrick. La dualidad en la jugabilidad es el aspecto más interesante, ya que entrelazar una historia con un único protagonista y otra en la que el grupo se va conformando poco a poco a medida que la línea argumental avanza supone un choque de sensaciones de lo más interesante. En Square Enix eran conscientes de que incluir una sola entrega en el lanzamiento sería insuficiente para los seguidores, por lo que la idea de hacerlo con ambos, a diferencia de la estrategia seguida con Dragon Quest III HD-2D Remake, supone un acierto. Más si cabe teniendo en cuenta que en tan solo unos meses se produce el ambicioso lanzamiento de Dragon Quest VII Reimagined.

Dragon Quest vuelve a vivir una época dorada en el género RPG

Aunque durante unos años pudiera parecer que Dragon Quest acabaría siendo eclipsada por la popularidad de FInal Fantasy, desde Square Enix se mantuvieron firmes en la idea de mantener la franquicia, con un ritmo más pausado, pero sin traicionar su esencia. Ahora que su saga hermana parece sufrir un momento convulso, desde la compañía japonesa están apostando por rescatar a los seguidores de una aventura que nunca muere. El lanzamiento de Dragon Quest XI ya fue todo un éxito para crítica y público, por lo que realizar todos estos remakes es una prueba irrefutable de la intención de sus responsables por devolver a la saga al lugar que merece.

Con un inicio canónico en la línea argumental, completar la trilogía de Erdrick permite a todos los jugadores descubrir los orígenes del universo de Dragon Quest antes de llegar hasta algunas de las entregas más queridas por los jugadores, al tiempo que se siguen explorando nuevas historias. Todavía queda por saber qué planes podría tener Square Enix con los episodios IV, V y VI, pero el regreso de una de las sagas más representativas del género RPG es todo un acierto para los más veteranos, pero también para todos aquellos que quieran iniciarse en ella del modo más fluido y visual posible.