Little Nightmares es una de las sagas indie por excelencia en los últimos años en el sector de los videojuegos. La propuesta de Bandai Namco desarrollada en su momento por Tarsier Studios suponía una recreación de algunos de los terrores infantiles, trasladados a un entorno sombrío en el que el jugador debía huir de diversas criaturas repugnantes y de lo más desagradables. El título funcionó a las mil maravillas, lo que llevó a la compañía japonesa a continuar la aventura por este entorno tan particular que ha cautivado a millones de jugadores gracias a su distintivo estilo visual y su jugabilidad basada en la indefensión.

Así hasta llegar a una tercera entrega que supone un cambio sustancial respecto a lo que se había podido ver hasta el momento, ya que no solo supone un giro en la dinámica jugable, sino también un cambio de manos en su desarrollo. La licencia ya no pertenece a Tarsier Studios, quienes se encuentran desarrollando una nueva propuesta de corte similar bajo el nombre Reanimal. De este modo, Bandai Namco tomó la decisión de darle la tercera entrega a otro gran estudio afianzado en el género de terror: Supermassive Games. Este traspaso de desarrollo generó escepticismo inicial, pero la elección del estudio de Until Dawn, entre otros títulos, es una declaración de intenciones clara sobre la calidad narrativa y visual que buscan.

Con una apuesta basada en el juego cooperativo online o en solitario, Little Nightmares III es una propuesta atractiva y que muestra su mejor aspecto hasta la fecha en las consolas de actual generación, demostrando una gran evolución y una dinámica jugable que intenta rescatar por todos los medios posibles la esencia de sus dos entregas anteriores, a pesar del cambio de estudio en su desarrollo.

Jugar juntos, doblemente divertido

La mejor manera de jugar a Little Nightmares III es hacerlo en compañía. Supermassive Games ha creado un título en el que prácticamente todo lo que se desarrolla a lo largo de la aventura requiere la acción de los dos personajes jugables, un chico y una chica con sus propias características. De este modo, la cooperación entre ambos jugadores es fundamental para superar los numerosos puzles que se abren en su camino. Pero también se puede jugar en solitario, ya que la inteligencia artificial controla al otro personaje.

En cuanto a la diferencia entre personajes, cada uno de ellos dispone de una herramienta diferente necesaria para la resolución de los rompecabezas. En el caso del chico cuenta con un arco que puede disparar a diversos objetivos para derribarlos, crear nuevos caminos o incluso derrotar enemigos. Por su parte, la chica cuenta con una llave inglesa que puede servir de engranaje para ciertos mecanismos o para romper puertas y cristales, además de derrotar enemigos igualmente. Esta diferenciación genera una dinámica jugable muy divertida y que requiere la acción de ambos personajes, algo que no se había visto hasta el momento en un título de la saga Little Nightmares. Con ello, la diversión está asegurada para todos aquellos que disfruten del juego en compañía, algo que está regresando con gran éxito a la actualidad del mundo de los videojuegos.

Una pesadilla más real que nunca

La otra gran virtud de Little Nightmares III respecto a sus dos entregas anteriores es el apartado gráfico. La dirección artística del título es impresionante, generando escenarios sombríos y con un alto grado de detalle para recrear todos esos escenarios de pesadillas. Desde una feria semi abandonada, hasta un almacén con una celadora de lo más aterradora. Todo lo que se puede observar en el título luce de maravilla y genera esa inquietud que se pretende transmitir con los títulos de la saga. La potencia de las consolas de nueva generación permite al equipo de desarrollo alcanzar un nivel de inmersión visual superior, con texturas más ricas y efectos de iluminación más sutiles que intensifican el terror ambiental.

Los juegos de Little Nightmares son propuestas donde el uso de las sombras y la iluminación juegan un papel fundamental para exponer todo aquello que se pretende y en este terreno es donde Supermassive Games sabe moverse con mucha soltura. En este sentido, el resultado a nivel visual de la tercera entrega es sensacional, algo que también cumple en el entorno sonoro, imprescindible para que un videojuego con tintes de terror sea capaz de mantener al jugador pegado a su asiento ante cualquier situación que pueda suceder en pantalla. El diseño de sonido, con sus crujidos, respiraciones y la banda sonora minimalista, es clave para crear esa atmósfera de constante vulnerabilidad.

De esta manera,Little Nightmares III es un videojuego que llega con la intención de seguir ofreciendo experiencias divertidas y con cierta tensión. La continuidad de la saga es una excelente noticia para los amantes de los videojuegos de desarrollo independiente, pues en una industria donde las grandes superproducciones acostumbran a llevarse todos los halagos, estas propuestas de menor presupuesto son capaces de dejar joyas con ideas totalmente diferentes y originales. El juego cooperativo, su ambientación y la diversión en la resolución de puzles son elementos indispensables en esta tercera entrega que pretende adentrarse en una nueva era para la franquicia sin el amparo de las manos que le dieron forma.